No se cruza el río sin mojarse el culo. Y creo que es hora
de mojarse.
Aún recuerdo las palabras de Zapatero, “…esto no es una
crisis…es una pequeña recesión…”, y ya han pasado unos cuantos años.
Lejos de remontar estamos en caída libre y poco a poco nos
damos cuenta que no es sólo un problema mundial. Lo tenemos metido en casa.
Es una clase política que ya desde el principio de la
Democracia, se ha dedicado a gobernar para la clase política y no para el
ciudadano.
Todo han sido pactos destinados a hacerse con el gobierno de
España. Se han llegado a hacer sus propias “reglas”; y delante de nuestras
narices.
Necesitábamos salir de una situación de Dictadura, y lo
hicimos demasiado rápido, concediendo beneficios a unos y a otros con tal de
contentar a todos, pero creando diferencias entre “hermanos”.
Votamos una Constitución, con ilusión de ser un pueblo
unido, con los mismos derechos y obligaciones, pero en lugar de eso, hemos
acabado prolongando nuestras diferencias y pasándonos la Constitución por donde
yo me sé.
Hemos dejado que la clase política nos tome el pelo. Las ganancias
se las llevan unos, mientras las pérdidas las pagamos entre todos.
Y lo peor es que lejos de depurar responsabilidades, les
dejamos irse de rositas y con una pensión vitalicia bajo el brazo.
La próxima vez que mires tu nómina, piensa que con eso que
te retienen, dinero ganado con el sudor de tu frente, van tapar los agujeros
que han creado.
La próxima vez que te compres algo piensa que el 18%, y
dentro de poco posiblemente el 20%, va destinado a tapar su incompetencia.
Que el dinero que por estas fechas tienes que pagar a
Hacienda, se va a ir a financiar investigadores para trabajar en otros países.
Es hora de unirnos si queremos salir de este agujero. No nos
dejemos engañar y no nos distraigamos de nuestro objetivo. Al menos del global.
Ya nos preocuparemos de pormenores.
Que si la Iglesia no paga IBI…y los sindicatos, la SGAE, y
muchos otros tampoco.
Que si la crisis es cosa de la derecha…o de la izquierda…es
cosa de nuestros políticos que han sido manipulados por unos bancos que
financiaban sus partidos y en otras ocasiones tapaban los robos de éstos.
Que si soy catalán, vascón…y no español. ¿Qué tiene de malo
ser las dos cosas? Mandaría yo a unos cuantos a vivir una temporada al
extranjero para que se dieran cuenta de que un catalán, un vascón, un madrileño,
un andaluz…tienen más en común de lo que mucha gente piensa.
Para terminar quiero dejaros un enlace a una participación de
Toni Cantó en el Congreso de los Diputados que merece la pena escuchar y
reflexionar sobre lo que dice.
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